Contenidos de este post
- 1 Qué hacer para vivir en el presente
- 1.1 ¿Cómo vivir en el presente?
- 1.2
- 1.3 Pero ¿qué es vivir en el presente? Y, lo más importante, ¿cómo se hace?
- 1.4 ¿Qué perciben tus sentidos?
- 1.5 ¿Cómo te sientes físicamente?
- 1.6 ¿En qué piensas?
- 1.7 Dejar que los pensamientos se vayan
- 1.8 ¿Qué significa habitar en el ahora?
- 1.9 claves para vivir el presente
Qué hacer para vivir en el presente
Nuestro ritmo de vida actual implica una distracción constante: luces, sonidos, teléfonos móviles, anuncios, coches, el trabajo, la familia, etc. En definitiva, tener que estar atentos a mil cosas a la vez. Esto implica que el tiempo que podemos permanecer conectados con el presente es cada vez menor y más difícil de encontrar. Muchos estudios apuntan a esto como una de las principales causas del estrés.
Además de todo lo que implican los tiempos actuales y la sociedad en la que vivimos, está nuestra tendencia humana a anclarnos en el pasado y a recordar, muchas veces con melancolía. Nos angustiamos con las situaciones negativas, calculando y recalculando nuestras acciones y las de los demás.
De la misma manera solemos preocuparnos por el futuro, tratando de planearlo al detalle y mirándolo de modo catastrofista, provocando con nuestras imaginaciones sentimientos de ansiedad y angustia. La mayoría de las veces acabamos comprobando que nuestros planes y cavilaciones no se cumplen y que no todo sale como hubiéramos querido.
¿Cómo vivir en el presente?
Muchas veces se nos aconseja que vivamos en el presente, que nos concentremos y disfrutemos de cada momento y de las pequeñas cosas de la vida.
Pero ¿qué es vivir en el presente? Y, lo más importante, ¿cómo se hace?
La respuesta es más simple de lo que parece: sólo se trata de estar presente, ser consciente y también responsable del momento actual. Lo que pasó hace un segundo ya forma parte del pasado. Vivir en el presente es dejar las distracciones a un lado para centrarse en el aquí y ahora. Puedes comenzar ahora mismo, mientras lees estas líneas…
¿Qué perciben tus sentidos?
¿Cómo es el ambiente que te rodea? Presta atención al espacio en que te encuentras, a las personas que hay a tu alrededor, a la iluminación, a los colores. ¿Hay ruido? ¿Qué temperatura hace?
¿Cómo te sientes físicamente?
Fíjate en tu cuerpo; ¿estás cómodo o incómodo? ¿Qué partes de tu cuerpo están en contacto con el medio que te rodea? ¿Qué emoción predomina en ti? ¿Sientes algún dolor? Concéntrate en tu respiración y en los latidos de tu corazón. ¿Qué sensaciones tienes?
¿En qué piensas?
¿Qué estás imaginando, anticipando o planificando en este momento? ¿Qué te preocupa? ¿Estás realmente en el ahora o estás en el pasado o en el futuro?
Dejar que los pensamientos se vayan
Es muy importante ser conscientes de que la gran mayoría de cosas que se nos pasan por la cabeza nos las imaginamos, lo que hace que tengamos pleno poder sobre ellas. Igual que eres capaz de traer pensamientos a tu mente, eres capaz de dejarlos ir. Siendo conscientes de que son simplemente pensamientos, sobre todo cuando nos provocan angustia, es como podremos dejarlos pasar.
El pensamiento puede ser un excelente compañero cuando conseguimos centrarlo en el presente y en la realidad, dándonos diferentes alternativas de respuesta a los problemas y situaciones que enfrentamos cada día.
Conectarnos con el presente de esta manera, tomándonos un respiro para hacer este ejercicio, podremos tomar decisiones basándonos en cómo nos estamos sintiendo realmente con nuestro momento actual.
Cada vez que queramos, cuando nos sentimos estresados, tristes, preocupados… podemos hacernos las tres preguntas anteriores para recuperar el contacto con el ambiente y centrarnos en el aquí y el ahora. También nos podemos animar a establecer este repaso como una rutina, hasta que nos acostumbremos a hacerlo.
¿Qué significa habitar en el ahora?
Resumiendo mucho, vivir en el momento presente significa interpretar todas nuestras experiencias como parte de un conjunto de sensaciones únicas, que solo existen como tal en el aquí y el ahora.
Eso significa, por ejemplo, no sostener la creencia de que lo que experimentamos son copias más o menos perfectas de momentos anteriores, o que son anticipos de lo que viviremos en el futuro.
De ese modo, no se caerá en la trampa de creer que toda nuestra vida se la debemos a nuestros recuerdos y a lo que esperamos de los tiempos que están por venir (independientemente de si las expectativas son buenas o malas), y apreciaremos lo que nos va sucediendo tal y como es en el momento presente.
claves para vivir el presente
Terminando con la rumiación (el ruido interno).
El círculo vicioso del pensamiento Básicamente, se trata de recuerdos desagradables (independientemente de si se basan en experiencias reales o en ideas) que se convierten en algo a lo que todo lo que hacemos o percibimos termina haciendo referencia.
Lo recomendable es encontrar momentos para descansar y, especialmente, dedicarlos en pasear por entornos naturales.
Meditación y conciencia plena
La meditación no hace que dejemos la mente en blanco (eso es imposible), sino que nos ayuda a alejar nuestra atención de interpretaciones de la realidad basadas en el pasado y el futuro.
Aprende ejercicios de relajación
Existen muchos ejercicios de relajación que se centran en la relajación de los músculos y en el acompañamiento de un tipo de respiración lenta que utiliza al máximo la capacidad de los pulmones.
Estas técnicas nos ayudan a cortar con los pensamientos intrusivos vinculados al pasado.
Juzga racionalmente tus expectativas y metas
Una buena manera de aligerar cargas y empezar a apreciar más las experiencias vinculadas directamente al presente es hacer una valoración de los propios objetivos y responsabilidades. Es difícil vivir en el presente cuando se ha de estar trabajando 10 horas al día.
Es por eso que el tiempo que se invierta en hacer un balance de las propias prioridades en busca de un mayor bienestar será tiempo bien aprovechado.
Aprende a gestionar la autoestima
Hay que hacer que la autoimagen y la autoestima sean una herramienta para conocernos fielmente, no algo que nos esclavice y nos haga sentir mal por no cumplir con las expectativas que nos hemos autoimpuesto.
Haz deporte
Pocas actividades hacen que nos centremos más en el presente como el deporte físico. Como este tipo de ejercicios nos exigen esfuerzo y concentración en lo que ocurre, funciona muy bien para «desenganchar» nuestra atención de las preocupaciones.
Lee mucho sobre filosofía existencialista
Los existencialistas defienden la idea de que la vida solo tiene las metas y el sentido que nosotros le queramos dar, y esa idea es fundamental para gestionar todas las expectativas que notemos que nos hacen más mal que bien. Empieza a empaparte de lectura e información acerca de esto, ya luego irás descubriendo con qué te identificas más. Pero la clave principal es buscar mucha información.
Espero que pongas en práctica alguno de estos consejos y que puedas empezar a vivir más en el presente!
Un abrazo
Ga ?
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